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18 de abril de 2014

NORDKAPP.12

Acuarela pintada por A.F.Skjoldbrand en 1799
Terminada la primera parte del relato del viaje en dirección norte, con nuestra llegada al objetivo, comienza la segunda parte del libro en la que se describe el no menos largo retorno a casa, ahora en dirección sur. 
Este capítulo 12, en el que hablo sobre el Cabo Norte, está dividido a su vez en tres partes. Una primera sobre datos geográficos y las leyendas, más o menos históricas, en las que se mencionan personajes míticos de esta remota región. La segunda, con mayor rigor histórico, sobre los exploradores ingleses que llegaron hasta aquí en el siglo XVI. Y una tercera en la que se relata en pocas líneas la aventura del más famoso de los exploradores que recorrieron a pié estas tierras, el italiano Francesco Negri. 
Luego, en los restantes capítulos, vendrá el relato del recorrido de vuelta, realizado sobre una ruta totalmente diferente y quizás incluso más sugestiva que la de ida. En esta ruta se atraviesa toda la península escandinava, esta vez por la costa atlántica y de norte a sur, por una carretera mucho más complicada que la que nosotros hicimos a la ida bordeando el Báltico. Después de visitar Oslo, saltamos a la que hasta solo unos meses antes todavía era la República Democrática Alemana, bastión en esos años del comunismo más ortodoxo y férreo, lo que pudimos percibir todavía en los días que empleamos en atravesar esta zona de la Alemania reunificada. Nueva parada en Berlín y paso a la Alemania del Oeste, Suiza y Francia y por fin, tras solo veintidós días de viaje, estamos de nuevo en España.
Además de las cosas interesantes que encontramos en el largo recorrido de Noruega (una semana), está la -para nosotros- sorprendente visión de la Alemania del Este, todavía poco modificada en agosto de 1991 por la nueva situación política. 




NORDKAPP.12
EL CABO NORTE - ASPECTOS CURIOSOS E HISTORIA

          Para que uno se pueda hacer una idea de la situación exacta del Cabo Norte, cuyo principal mérito es, precisamente, el de su ubicación y lo que representa desde el punto de vista geográfico, se pueden dar diversos datos.


Aquí se percibe muy bien qué significan los 71º grados norte
          El Cabo Norte dista tan solo 2.000 kilómetros en línea recta del Polo Norte. Es el punto más septentrional de Europa y por su latitud se halla situado más al norte que Alaska y el estrecho de Bering, casi a la misma altura que el centro de Groenlandia y más al norte que Islandia. En cuanto a lo que correspondería en el hemisferio Sur, baste decir que los 71 grados, ¡están ubicados en pleno continente antartico!.


Debajo de esas construcciones en superficie hay otras situadas bajo tierra a distintos niveles.

         El cabo propiamente dicho es una pequeña meseta que avanza sobre el océano, cortada a pico por un farallón vertical de trescientos metros de altura, lo que le da un aspecto imponente, en especial si se mira desde el nivel del mar.
         Este punto de la tierra resultó siempre atractivo para los viajeros, aunque obviamente ha sido en la época actual cuando se ha producido una apreciable corriente turística hacia él, por lo que los estamentos oficiales noruegos han potenciado este hecho con unas magnificas instalaciones y con el tratamiento publicitario adecuado para atraer a esa masa de visitantes que no reparan en lo lejos que está el Cabo Norte, para ir a visitarlo. Para hacernos una idea de esa lejanía baste decir que, aun siendo un enclave dentro del continente europeo, hay aproximadamente la misma distancia en línea recta desde el Nordkapp (denominación en Noruego) hasta Oslo, la capital de la nación, como desde Oslo hasta Nápoles. Por eso, cuando nuestro Mitsubishi Montero llegó a este punto, su cuentakilómetros registraba casi siete mil kilómetros desde que yo inicié el viaje en mi casa, en Balón, Ferrol, España.


Pinturas rupestres en Alta, al Oeste del Cabo Norte
          Hace diez mil años que el hombre se asentó en las costas de esta región noruega, conocida como el Finnmark. En Alta, ciudad enclavada un poco más al Oeste, se han encontrado grabados rupestres que describen la vida y trabajos de aquellos primeros pobladores, pudiéndose deducir de ellos de que ya estaban habituados a la navegación.


Estas pinturas rupestres de Alta demuestran que ya en la Edad de Piedra los hombres que poblaban los alrededores del Cabo Norte estaban acostumbrados a la navegación.
          En la isla Mageröya, en la que se encuentra el Cabo Norte, los arqueólogos han descubierto restos de habitaciones neolíticas, que datan de 4.000 años antes de Cristo.
          Es muy posible que el ser humano haya aprovechado períodos interglaciares para ascender tan al norte, a pesar de las pésimas condiciones de habitabilidad que debía ofrecer esta tierra. Por eso también han aparecido restos del paleolítico (varias decenas de miles de años) en zonas más al interior, mucho más frías e inhóspitas que las costeras. 
          Este accidente geográfico ha sido siempre un hito importante para los navegantes, gracias al cual han podido situarse y encontrar el rumbo, bien navegando hacia el Atlántico, bien en dirección Este, hacia el Mar Blanco.
          Los primeros testimonios escritos, acerca de la región del Cabo Norte, datan de la época de los navegantes Vikingos.
          Ottar, un rico terrateniente de la Noruega del Norte, relató al Rey Alfredo el Grande su viaje a la región de Biarmia, el Nordeste noruego. Él cuenta que vive en las tierras habitadas más al Norte de toda Noruega; que en una ocasión navegó en dirección Norte durante tres días, y hacia el Este durante otros cuatro días, antes de retornar hacia el Sur. Ésto significa que llegó al Mar Blanco. La copia de este relato se conserva en el Museo Británico.
          Las sagas vikingas no hacen mención expresa del Cabo Norte como accidente geográfico notable, pero relatan los viajes de estos navegantes a lo largo de las costas del Finnmark hasta la Biarmia.
          En la saga de San Olav se menciona a dos vikingos, Tore Hund y Karl, que partieron con dos barcos y al menos cien hombres para cambiar mercancías a orillas del mar Blanco. Sin embargo, estas nobles intenciones iniciales parece que no se mantuvieron demasiado tiempo ya que,llegados a esta región, se dedicaron al pillaje y al saqueo de oro y reliquias de los santuarios de los Biarmios. Karl tomó, entre otras cosas, una gran copa de plata.
          Durante el viaje de regreso, ambos jefes comenzaron a disputar sobre el reparto del botín y anclaron en Gjesvaer para arreglar sus diferencias. Fue allí en donde Tore Hund traspasó a Karl con su lanza, diciéndole: "Ahora tú vas a saber con qué madera se calienta un hombre de Bjarkoy, y también la vas a sentir". Karl murió al instante y Tore y sus hombres volvieron al barco. Así quedó escrito en la saga.


Dibujo sobre la Saga de San Olav, en el que luchan Tore Hund y Karl, dos vikingos que se dedicaban tanto al comercio como al pillaje.



(HASTA AQUÍ ESTA PRIMERA PARTE ACERCA DE LOS DATOS GEOGRÁFICOS Y LOS RELATOS MÁS ANTIGUOS SOBRE EL FINNMARK, EN LOS QUE SE MEZCLA SEGURAMENTE LA REALIDAD CON LA FANTASÍA.)

1 comentario:

  1. Que tal Carlos!
    Desde luego que por esos parajes uno debe de sentirse como un granito de arena en la playa. La visión de esas mastodonticas paredes resulta espectacular. En cuanto a todo lo relacionado con la historia y sus leyendas, estoy estos dias leyendo sobre la historia de Inglaterra y anda que no conjugan las dos cosas, al final resulta tan entretenido que acabas por no hacerte preguntas ni cuestionar ciertas historias...jeje
    Pues nada, hasta la proxima!

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