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13 de julio de 2013

La edad de oro del Longboard


Esta semana pasada, un día de esos en los que las olas desaparecen de las playas, terminé en Pantín con mi hija Cris en un intento desesperado de coger unas olas, a pesar de estar en el mes del año en el que es más difícil lograrlo. Recuerdo meses de julio en los que, a pesar de estar en la playa todos los días esperando, me hube de conformar con tan solo un día de surf. Pantín siempre es un recurso para estas situaciones, ya lo sabemos.
Un primer baño de 45 minutos a la mañana, en un cuarto de metro y viento del mar, fresquito, no llegó a cubrir, ni de lejos, mis expectativas. E incluso con la marea baja.
Después, sosegada comida en La Ramalleira. Sin olvidarnos del Acualón, esta casa de comidas de Pantín ya forma parte del paisaje surfístico de esta meca del surf. También Casa Ramos, más mítica aun si cabe. Son establecimientos a los que, siempre acudimos para disfrutar o de una carne asada magnífica en una, o de una tortilla de patatas con sabor a gloria bendita en la otra o, simplemente, a tomarnos un café calentito después de un baño. Casa Ramos sirvió de alojamiento en los primeros campeonatos, y los surfistas que allí habían dormido nos pedían al año siguiente volver a aquella pequeña pensión, desde la que se veía el pico perfectamente cada mañana al despertar. Pero me estoy desviando. Perdón.
Decía que nos fuimos a comer y volvimos a ver si, al subir la marea, la cosa mejoraba. Pero no fue así, por lo que me dediqué a observar como, desde todos los rincones del aparcamiento, empezaban a aparecer multitud de surfistas con largos tablones, de gran variedad de formas y colores. Y sentado en la arena, en la quietud de la digestión, empecé a reflexionar sobre lo que veía. Parecía que el mundo del surf había sufrido un golpe de estado, y que los tablones habían tomado el poder. El pico se llenó de largas tablas que cogían olas y más olas que, sin llegar a tener una mínima pared, muchas veces eran ya eran cabalgadas por otro tablonero. Se saltaban olas unos a los otros, pero sin acritud,  no les importaba, ni un mal gesto sino todo lo contrario, algunos llegaban a darse la mano en pleno recorrido, como significando el buen rollo que parece existir entre los miembros de esta nueva especie que, cada día más, la forman gentes que tienen otra mentalidad de lo que es coger olas.
Coger olas con longboard no es lo nuevo. Lo que es novedoso son los surfistas que los cabalgan. La verdad es que me molan un montón sus ganas y su estilo de disfrutar del surf. Y además, al revés de lo que sucede con los de tabla pequeña, tienen la ventaja de que sus novias se incorporan fácilmente a este deporte, ya sabemos que empezar con un tablón suele ser mucho más sencillo, y esto constituye otra gran ventaja, sobre todo para los que ya pasan de los treinta o cuarenta, espero que sepáis de lo que hablo, ja, ja. Es un tipo de surfista que, o su evolución natural lo ha llevado a usar tablas cada vez más grandes, o que ha entrado en el surf directamente por el longboard sin duda atraído por la belleza estética de esta especialidad. El surf de longboard visualmente es diferente, las sensaciones que vives son diferentes y no menos gratas que lograr giros radicales con una 6.0. Tienes gran facilidad para coger la ola, o como vi el otro día en Pantín, que de unas olitas pequeñas y malas se consigue sin dificultad sacar un baño feliz.    
Por todo eso, creo que cuando sea mayor, yo también tendré un longboard.
Por cierto, uno de los que disfrutaron ese día fue Jahgo, en buena compañía, tal como nos lo cuenta en su blog http://jahgoyelsurf.blogspot.com.es


4 comentarios:

  1. Hola Carlos!
    Interesante lo que comentas. Al leer lo de tu hija me estaba acordando de algunos baños el verano pasado con Alex nuestro hijo, ahora lo tenemos en Madrid trabajando, como se les echa de menos... Esa parte que describes me encanta, me refiero al "despues del baño", ya bien sea una comida o simplemente un cafe en buena compañia. Solo he estado un par de veces en Pantín y creo que no conozco los sitios que comentas, ya te pedire información el dia que suba...jeje
    Comparto tu reflexión acerca del tablon, si que transmite una sensación de tranquilidad y buen rollo. Con esto no digo nada en contra de quien maneja tabla corta, pero esas diferencias que comentas son bastante apreciables.
    Sobre el asunto "pareja/novia/esposa" casi no me voy a pronunciar, algun dia te contare...jeje
    Un abrazo!

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    Respuestas
    1. Gracias por tus comentarios, siempre motiva el que la gente reflexione sobre los pensamientos que tú te esfuerzas en trasladar al papel, lo que muchas veces no resulta sencillo, pero es bonito cuando se logra, y te acusan recibo de ello. Por eso, otra vez gracias Fran.
      Un abrazo.

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  2. Bonita reflexion Carlos, muy buena entrada!!!

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  3. Muchas gracias Ignacio, de vez en cuando quedarse en la orilla también es productivo, puedes pensar un poco desde fuera (nunca mejor dicho).
    Saludos

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